Tajin

Zona Arqueológica Cuajilote Veracruz Cultura Totonaca
La región de Filobobos, ubicada en el municipio de Atzalan, colindando con Martínez de la Torre y Tlapacoyan, al norte del estado de Veracruz, es un área protegida por decreto de diez mil hectáreas a 400 metros sobre el nivel del mar, con un clima semicálido húmedo, con lluvias todo el año y una temperatura media de 28 grados centígrados.
En esta zona se ubica El Cuajilote, sitio arqueológico identificado como un centro ceremonial de 400 metros de largo y 80 metros de ancho, donde hubo una interacción pluricultural derivada de relaciones sobre todo hacia el periodo Clásico.
El Cuajilote, fue un sitio ceremonial, de importancia regional, asociado al culto de la fertilidad, compuesto por dos hileras de edificios que flanquean una ancha avenida de más de siete kilómetros y en cuyos extremos se encuentra de un lado un templo y del otro una explanada de Juego de Pelota.
Este centro ceremonial floreció entre el 600 y el 900 d. C., los estudios del investigador señalan que en este sitio convergieron tres culturas: huastecos, totonacos y nahuas, lo anterior se denota a partir de las tres etapas arquitectónicas de crecimiento que tienen los edificios.
Este espacio tuvo una ocupación constante del años 200 al 800 d.C., su nombre deriva de la abundancia de un árbol que por la región totonaca se conoce como Chote y que actualmente escasea en el área.
En este lugar, se llevaron a cabo peregrinaciones y rituales relacionados con la fertilidad y prosperidad, lo anterior se deduce a partir de las figurillas fálicas (más de 300) que se encuentran en todas las edificaciones, incluyendo el juego de pelota, además de que al centro de la plaza destacan tres adoratorios y una estela erguida, que probablemente sirvió para indicar los movimientos de los solsticios y equinoccios.
Existe también un temazcal subterráneo donde se llevaban a cabo actos rituales de purificación comunal. Otro de los atractivos de este sitio es una enorme escultura que representa un sapo, que tenía cualidades divinas, pues en su espalda tiene marcadas sus glándulas con una flor, asociadas con la divinidad.
La característica principal de la zonas arqueológica del Cuajilote es la relación que existe entre ellas y la naturaleza, pues su ubicación y edificación de templos y edificios se realizó en función de la fisiografía y el emplazamiento natural, es decir, en relación a la distribución de los cerros, de ahí que algunas de las construcciones proyecten el entorno natural que las circundan, en especial los cerros.
Además de los cerros o el entorno orográfico, el agua también es un elemento importante en las construcciones de Filobobos, de hecho en algunos edificios el agua que baja de los ríos y forma cascadas, se utilizó como eje divisorio, es decir, de lejos la cascada parece partir la edificación por la mitad.
Existen en este lugar expresiones artísticas dedicadas a la fertilidad, así como elementos que fortalecen la teoría de que fue uno de los centros ceremoniales más importantes del Totonacapan.
La cercanía con el río Bobos proporcionó, además, una gran variedad de alimentos a las distintas poblaciones, tanto vegetales como animales y también sirvió como ruta de transporte de mercancías.
A partir de 1992, Filobobos se convirtió en un área natural protegida por decreto del gobierno del estado de Veracruz, debido a las condiciones físicas, geográficas y orográficas de la zona, además porque dentro del área existe la evidencia de por lo menos siete sitios arqueológicos.

El Tajín fue la ciudad más grande de la costa norte del golfo de México y dominó el territorio limitado por las cuencas de los ríos Tecolutla y Cazones, entre 650 y 950 dC. Los gobernantes de esta capital extendieron su hegemonía desde el somontano de la Sierra Madre Oriental hasta las planicies costeras del golfo, en los actuales estados de Puebla y Veracruz.
A esta ciudad precolombina se le dio el título de Patrimonio de la Humanidad, por considerar que es un testimonio excepcional de la grandeza de las culturas precolombinas de México y un ejemplo sobresaliente de su arquitectura. El 14 de diciembre de 1992 el sitio prehispánico de El Tajín, ubicado en la región norte del estado de Veracruz, fue inscrito como Bien Cultural en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
El patrón arquitectónico consiste en edificios de base cuadrada o rectangular con uno o varios cuerpos superpuestos, recordándonos que la zona se divide en varios subconjuntos.
Se especula que este sitio arqueológico tiene un tamaño de alrededor de 10km², pero hay aún una gran parte que no ha sido explorada, por lo que se encuentra cubierta por maleza y pasto. La traza urbana fue planeada para definir un paisaje en el que espacios y alturas se distribuyeran según los grupos sociales. Los dirigentes ubicaron sus palacios, salones y edificios administrativos en el área más alta, llamada Tajín Chico, y coronaron su jerarquía con el edificio de Las Columnas, morada de la dinastía gobernante, cuyo poder quedó representado en las estrías de los fustes circulares que flanquean el acceso porticado a los salones de este enorme recinto.


Zona Arqueológica Cuajilote

El Tajín es una zona arqueológica precolombina cerca de la ciudad de Papantla, Veracruz, México. La ciudad de Tajín se cree que fue la capital del imperio Totonaca y llegó a su apogeo en la transición al Posclásico conocido también como Período Epiclásico mesoamericano, entre los años 800 y 1150, cuenta con varias Canchas de Pelota y basamentos piramidales.
Tajín significa Ciudad del trueno en el idioma totonaco.
Se piensa que Tajín también fue el nombre de algún dios totonaco, si bien tal como sucede con muchos sitios arqueológicos es poco probable que ese fuera su nombre en aquel tiempo.
Situada a 298 m de altitud entre las cuencas de los ríos Cazones y Tecolutla. El clima es tropical cálido, con una temperatura media anual de 25.3 °C y precipitación media anual de 1500 mm. Su vegetación es de tipo selva baja caducifolia, constituida por árboles que pierden sus hojas durante la época invernal. Muy cerca de Papantla, Veracruz.
La construcción de edificios ceremoniales del Tajín probablemente se inició en el siglo I. En el Período Clásico mesoamericano temprano el Tajín mostró influencia de Teotihuacan tal y como se puede observar en el urbanismo, la arquitectura, la pintura, la escultura y la cerámica;4 mientras que en el Posclásico mostró influencia tolteca.
El sitio estaba totalmente despoblado cuando llegaron los conquistadores españoles en el siglo XVI, por lo que no fue destruida y se mantuvo como un secreto su existencia por un par de siglos.






